TORMENTA

Un aguacero copioso, una tormenta  se desencadena. Como siempre,  intento  evitar grandes catástrofes. Contengo  los ríos que bajan en cascadas desde los  pechos para que no embalsen en el ombligo, para que no arrasen  los residuos tiernos  de la madrugada que se resguardan  entre  sus muslos. Intento que  en nuestro planeta,  amenazado por la fugacidad y el ocaso, los poros no  mueran de sed en medio de una terrible inundación.
Allá muy lejos, un claro en los ojos, instala la esperanza del arco iris.

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