LA MIRADA

Mis  ojos reflejados en los ojos ajenos. Alguna vez creí que  de eso se trataba el amor.  Fue una creencia muy fugaz, una fantasía que  duró hasta que en ese mismo espejo descubrí quién  era  y cómo era.   Desde entonces los ojos de los otros sólo  sirven para calmarme el hambre.


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